Esto ya no es rock mi amor... Es pura Suerte

El apodo se lo puso la artista plástica Marta Minujin, porque según ella, sus ojos eran celestes como el cielo. Claro, no lo dijo en español sino en ingles. Y ese apodo lo acompañó durante toda su vida. Con el correr del tiempo el apodo se transformo en su marca registrada, al igual que el pulso para tocar la guitarra y el andar en el escenario. Quizás ese lugar, sea su cielo. Por eso cuando lo vemos andar por allí haciendo vibrar sus cuerdas con absoluta contundencia sonora, no nos resulte extraño entablar una conexión inexplicable con su arte.
Es que la música, es capaz de producir estas sensaciones. Y si alrededor del escenario se genera una comunión entre los de arriba y los de abajo, ya no hay diferencias. Uno podría estar ahí o allá, pero nunca dejara de participar de esa sinergia tan real como efímera. ¿Será esa la famosa mística de la que tanto se habla?
Si tantos pensadores han escrito cientos de libros para explicar que es la mística... por que uno con tan poco podría desenredar el nudo de tantos interrogantes?.
La verdad parece imposible hacerlo tan facilmente. De todos modos, supongamos que estamos en el camino correcto para entender que esa sinergia de la que hablamos antes entre los que estan arriba del escenario y los que estan abajo, sumado a los distintos estimulos tanto sonoros como visuales, con codigos propios, hacen que la mistica surja y paralelamente se construya un mito alrededor del artista. ¿Es posible?
Cuando tenga un tiempo, fíjese que pasaba a fines de los 70, durante los 80 y 90 hasta Agosto de 2001. Va a encontrar el génesis del mito, la mística pagana. Deje pasar unos años mas desde esa ultima etapa y quédese en nuestros días, vera que aunque la masividad sea des-balanceada para unos y otros, el mito se hace vigente y difícilmente la mística se diluya.
La vida tiene momentos donde el disfrute parece ser un premio inalcanzable. Es entonces cuando nos encontramos en situaciones de ventaja sobre la tristeza lo aprovechamos hasta estrujarle el ultimo ápice de felicidad. Por eso no sorprende ver tantas lagrimas de alegria, tantos puños en alto, tantas manos apretadas, o abrazos interminables y porque no, besos complices.
Te veo en esos ojos llorosos, te siento en esos puños en alto, en esas manos entrelazadas y en esos abrazos sin fin que pueden terminar con esas parejas que no dejan de buscarse con sus bocas. Pero ademas, nos encontramos en cada salto, en cada roce, en cada respiro afuera del agite,
Todo esto para que el tipo de ojos color cielo, que es parte del mito, que tiene en sus cuerdas parte de la mistica, sea capaz de convocarnos y generar todo lo que necesitabamos.
Hace unos dias Skay pasó por acá, hizo una lista de temas impecable, demostró que tiene una contundencia sonora envidiable y el carisma intacto.
Si, el sábado toco el corazón de Patricio Rey y para muchos haber estado ahi no fue solo rock, fue pura suerte.

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